¿Por qué no me duele después de hacer ejercicio?

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Al contrario de lo que muchas personas creen, la falta de dolor después del entrenamiento no necesariamente indica que su programa de entrenamiento no sea efectivo.

Esta guía contiene una explicación detallada de lectura obligada sobre por qué es posible que no sienta dolor después de ese entrenamiento que agota la energía.

Antes de saber por qué no experimenta dolor después de los entrenamientos, es fundamental comprender qué significa el dolor después del entrenamiento, así como su causa.

Durante un ejercicio, sus músculos se contraen y expanden continuamente para permitirle mover y levantar pesas. Esto es normal.

Sin embargo, cuando la intensidad del ejercicio obliga a los músculos a expandirse más allá de su rango habitual, se producen microdesgarros en los músculos, lo que hace que experimente embotamiento, rigidez o dolor.

Esto se conoce como dolor muscular de aparición tardía o DOMS.

Mientras está en un plan de entrenamiento, puede experimentar DOMS con bastante frecuencia y esto puede suceder después de cada sesión de entrenamiento, especialmente durante las primeras semanas. Recuerde, sus músculos se están adaptando a una nueva actividad; por tanto, deben responder.

¿Qué significa la falta de dolor después del entrenamiento?

1. Adaptación al ejercicio

La frecuencia y gravedad del dolor que experimenta después de su entrenamiento tiende a reducirse gradualmente con el tiempo. Esto se debe a que sus músculos se acostumbran a las expansiones y contracciones. Con el tiempo, los microdesgarros se reducen y es posible que no ocurran en absoluto.

Muchas personas se sienten tentadas a pensar que cuando no se produce el dolor, su programa de ejercicios es ineficaz. Este no es siempre el caso. De hecho, cuando el dolor cede y desaparece, es una señal de que se está volviendo más fuerte y en forma.

Esto es saludable para tu cuerpo, ¿y quién no admira tener un cuerpo sano? Necesitamos ser honestos aquí; ¿Continuaría con su programa de ejercicios si le produce un dolor intenso después de cada sesión de entrenamiento? La respuesta más probable es no.

La realización de los mismos ejercicios con regularidad reduce y, finalmente, elimina por completo el dolor. Sin embargo, puede experimentar dolor muscular si intenta un nuevo ejercicio que requiera usar sus músculos de una manera diferente a la rutina habitual. Extender el período de tiempo de su sesión de ejercicio también puede tensar un poco más sus músculos, causando dolor.

Si bien el dolor muscular puede ser un signo de un ejercicio efectivo, debe saber que si no experimenta dolor después de los entrenamientos, no significa que su rutina de ejercicios no le esté funcionando. En ausencia de dolor, es posible que sepa que su programa de ejercicios está funcionando para usted si su condición física y fuerza aumentan con los ejercicios regulares.

Por ejemplo, ¿eres capaz de realizar más flexiones de las que hiciste inicialmente? ¿Experimenta más tonificación muscular? ¿Eres capaz de levantar pesos más pesados de lo que hiciste inicialmente? Si su respuesta a estas preguntas es afirmativa, entonces su programa está produciendo buenos resultados.

Por otro lado, si su respuesta a la mayoría de las preguntas es no, entonces es hora de idear otros métodos para desafiar su cuerpo, incluido el cambio de su rutina de ejercicios. Recuerde, los resultados de lo que hace lo motivan a continuar.

2. Componente genético

La falta de dolor después de un ejercicio puede deberse a factores genéticos, que afectan la sensibilidad de sus músculos a las tensiones o la presión. Según los componentes genéticos, puede ser un respondedor alto, respondedor bajo o no respondedor.

Tener una respuesta baja significa que sus músculos responden a la presión y las tensiones con muy poca precisión. Los músculos de las personas de alta respuesta, por otro lado, responden a los entrenamientos con mayor precisión que los otros grupos de personas. Los que no responden responden mal a las distensiones musculares y es posible que no experimenten dolor en absoluto.

Aunque la capacidad de sus músculos para responder al dolor es esencialmente natural, es crucial conocer la categoría de su componente genético. Esto ayuda a comprender por qué experimenta o no experimenta dolor después de los entrenamientos.

3. Intensidad de su entrenamiento

¿Qué tan ligeros o pesados son tus entrenamientos? Los entrenamientos efectivos deberían ser capaces de desafiar a tu cuerpo. Deben poder ejercer presión sobre los músculos más allá de la presión normal de sus actividades diarias.

Esto permite que los músculos se acorten y alarguen más de lo habitual. Esto puede resultar en fatiga, lo que también puede significar que sus ejercicios le están funcionando. La fatiga ocurre cuando el ácido láctico se acumula en los músculos durante una actividad intensa. Esto explica por qué se queda sin energía cuando realiza esas flexiones o abdominales. Si continúa haciendo ejercicio después de experimentar fatiga, es probable que fuerce los músculos más allá del límite y esto puede resultar en dolor después del entrenamiento.

Si solo realiza ejercicios físicos ligeros que no impliquen mucha energía, es posible que solo experimente poca fatiga. Además, sus posibilidades de experimentar dolor después del entrenamiento son mínimas porque el ejercicio no ha tensado los músculos de manera adecuada para justificar dicho dolor. Por lo tanto, no experimentar dolor después de un entrenamiento puede ser una señal de advertencia de que su programa de ejercicios es demasiado ligero para producir los resultados deseados para usted.

Puede saber que su programa de ejercicios ha fallado si sus músculos no se tonifican y si su fuerza no aumenta con los ejercicios continuos. Puede abordar este problema cambiando a ejercicios más atractivos. Por ejemplo, si sus ejercicios implican montar a caballo o nadar, puede optar por correr y levantar pesas.

Sin embargo, es fundamental recordar que con ejercicios físicos regulares, su cuerpo se prepara gradualmente mejor para responder a la fatiga y al dolor. Esto se debe a que la cantidad de ácido láctico que se acumula en los tejidos durante el ejercicio tiende a reducirse con ejercicios regulares. Además, los desgarros de los músculos pequeños desaparecen con más entrenamientos.

En pocas palabras, no experimentar dolor después de un entrenamiento puede deberse a varias otras razones no relacionadas con la efectividad de su programa de ejercicios. Puede indicar que su cuerpo se ha adaptado completamente a su rutina de ejercicios y está cada vez más en forma y más fuerte. También puede deberse a factores genéticos, que están fuera de su control. Sin embargo, si la situación se debe a un plan de ejercicio ligero, puede abordarla fácilmente aumentando la intensidad de sus entrenamientos.

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